Posicionamiento del GrETCA sobre la socialización en el perro

¿Qué es el periodo de socialización?

Entendemos por período (sensible) de socialización la etapa vital en la que el perro aprenderá de una forma rápida e intensa a relacionarse con otros individuos de su especie así como de otras (como la especie humana), adquiriendo las herramientas sociales para una correcta comunicación. Durante este período de tiempo, comprendido entre las 3 y las 12 semanas de vida, el cachorro se mostrará además especialmente receptivo para habituarse de una forma natural a los principales estímulos con los que se encontrará en su vida adulta, pudiéndose evitar así el futuro desarrollo de problemas de comportamiento relacionados con el miedo o la agresividad. Esta extraordinaria capacidad de adaptación es debida a la falta de maduración a esta edad de los mecanismos neurofisiológicos responsables de la respuesta comportamental de miedo.

La socialización no es una ciencia exacta

La finalización del período de socialización vendrá marcada precisamente por la maduración completa de estas estructuras nerviosas responsables de la respuesta de miedo frente a estímulos desconocidos. Al tratarse de un proceso gradual, el final del período se podrá alargar según la raza o individuo hasta las 16 semanas de edad.

La mera exposición del perro a estímulos no garantiza su habituación a estos, es indispensable que la exposición sea gradual y adecuada a cada individuo, siendo necesario evaluar continuamente que el cachorro no está mostrando conductas de miedo, lo que sería totalmente contraproducente.

El aprendizaje y la adaptación del cachorro a los diferentes estímulos se podrá producir también posteriormente al período sensible, pero de una forma menos óptima, requiriendo más tiempo y esfuerzo para conseguir los mismos resultados.

Claves para una adecuada socialización

El cachorro deberá crecer en entornos social y físicamente enriquecidos que le permitan exponerse a una amplia variedad e intensidad de estímulos. Este contacto se llevará a cabo siempre de forma agradable y positiva para el perro.

La socialización debe empezar durante el proceso de cría del cachorro, antes entonces de su adopción. Durante la cría, se tendrán que asegurar las siguientes condiciones:

  • Contacto social regular con congéneres socializados y dóciles.
  • Exposición a personas conocidas y desconocidas, que adopten actitudes tranquilas y positivas hacia el cachorro.
  • Manipulación diaria de forma que prepare al cachorro para la exploración, higiene y el contacto de las distintas partes del cuerpo por parte de personas.
  • Proporcionar juguetes y otros ítems de diferentes texturas para potenciar su conducta exploratoria y enriquecer su ambiente.

La edad recomendada de adopción es alrededor de las 8 semanas, tiempo durante el cual habrán podido adquirir suficientes aptitudes y pautas de comportamiento social procedentes de la madre y hermanos de camada.

En este punto será crucial que la familia adoptante, con ayuda de su veterinario, continúen con la tarea de socializar y estimular al cachorro en una amplia variedad de contextos, siempre asegurando que se cumplen los siguientes requisitos:

  • Interacción con otros congéneres, de diferentes edades, razas y sexo, evitando el contacto con perros de temperamento o estado de salud desconocidos.
  • Interacción con personas de características diversas, entre ellas el género y la edad (por ejemplo, se deberá proporcionar contacto con niños de diferentes edades, desde bebés a adolescentes).
  • Contacto visual y auditivo con diversos estímulos inanimados, como tráfico, objetos o artilugios llevados por personas (cochecitos, paraguas, mochilas, carritos, etc.), para potenciar la percepción de éstos como estímulos no amenazantes para el cachorro.
  • Proporcionar experiencias en diferentes situaciones que el cachorro podrá encontrarse a lo largo de su vida, de una forma frecuente y regular, como el desplazamiento en coche o en otros medios de transporte, el baño y diferentes manipulaciones o las visitas al veterinario.

Es tarea del veterinario generalista concienciar a los propietarios de la importancia de la socialización para una correcta y satisfactoria convivencia así como para la prevención de futuros problemas de comportamiento.

Socialización vs enfermedad

En las primeras semanas del proceso de socialización, la pauta de vacunaciones estará empezando por lo que el perro puede ser susceptible de adquirir ciertas patologías infecciosas. Aún así, la socialización del cachorro es y debe ser totalmente compatible con proporcionarle una adecuada cobertura sanitaria. Por esto, se deberá de tener en cuenta una serie de puntos que resumimos a continuación.

En primer lugar, es necesario considerar una serie de factores en cada caso particular para determinar el momento en la que el cachorro podrá llevarse a la calle de una forma segura para su salud, como son: la edad, el estatus de vacunación y desparasitación, el conocimiento de presencia de anticuerpos maternales, el estado de salud y especialmente la incidencia de enfermedades infecciosas en esa zona geográfica concreta. Esto podrá variar según la situación y requerirá del criterio personalizado del veterinario de cabecera.

Por otro lado, la introducción gradual del cachorro a los diferentes ambientes de menor a mayor estimulación es recomendable, tanto desde el punto de vista sanitario como de la socialización. Así, conforme el calendario de vacunaciones que se determine para cada individuo progrese, aconsejamos realizar una exposición pautada y gradual:

  • En un primer término, introducir el cachorro en brazos en ambientes nuevos para que su forma de obtención de información sea únicamente a través del contacto no físico.
  • En un segundo paso, dejar que el cachorro se mueva libremente en diferentes zonas de bajo riesgo de contagio poco concurridas por otros perros, como hogares de amigos, familiares u otras zonas privadas interiores. Sólo se permitirá la interacción con perros adultos o cachorros adecuadamente vacunados y desparasitados.
  • Por último, llevar al cachorro a parques o zonas de concurrencia de otros perros, proporcionando contacto social directo con estos.

Siempre se debe informar al propietario de los riesgos y los beneficios que se derivan de un correcto manejo durante el periodo de socialización.

Clases de cachorros

Una buena alternativa o complemento al plan anterior es la asistencia del perro y propietario a las “clases para cachorros”. Para tener acceso a estas clases es importante valorar el estado de salud de los cachorros y el riesgo de contagio entre ellos.

Estas sesiones, deberán ser conducidas por un especialista en educación canina y se llevarán a cabo de una forma cuidadosa y responsable, controlando las interacciones entre cachorros en todo momento para evitar cualquier situación desagradable como acercamientos bruscos, agresiones u otras experiencias que puedan generar miedo o incomodidad. Como hemos comentado anteriormente, la exposición en sí no es la que produce un efecto positivo, si no las buenas exposiciones, por ejemplo, las interacciones deberán  producirse inicialmente entre cachorros con temperamentos similares.

Las “clases para cachorros” constituyen una gran herramienta para informar y concienciar al propietario sobre las necesidades educativas, sanitarias y los aspectos clave para el bienestar de su animal de compañía, así como para asegurar que el proceso de socialización pueda seguir realizándose hasta su vida adulta. Además, se ha comprobado que los cachorros vacunados que asisten a las clases de socialización no presentan mayor riesgo de infección por parvovirus que los cachorros vacunados que no acuden a las clases.

Conclusiones

El periodo de socialización es una etapa sensible en la vida del perro tremendamente importante para prevenir problemas de comportamiento. El hecho de socializar adecuadamente a un cachorro no tendría porqué entrar en conflicto con el riesgo de padecer enfermedades infecciosas.

Este artículo se puede encontrar en el blog del GrETCA

Lecturas recomendadas

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